Respirar… Un proceso sencillo, constante, inconsciente y vital
Inspira… tomas aire lentamente… espira… sueltas el aire lentamente
Inspiras … espiras… inspiras… espiras…. Inspiras… espiras…
De forma constante e inconsciente estamos realizando este ejercicio vital y sin prestarle ningún tipo de atención.
La respiración esta enlazada con la emoción y con el pensamiento, se alimentan mutuamente los tres entre si y son interdependientes. Y este dato es realmente importa para conocer cómo funciona nuestro sistema, como funcionamos cada uno de nosotros.
Cuando un pensamiento cruza por mi cabeza, directamente se dispara una emoción y en el mismo instante la respiración se modifica.
Cuando la emoción se dispara
Cuando la emoción se dispara, surge un pensamiento y la respiración se altera.
De la misma forma, cuando modifico mi respiración o mi atención sobre ella, afecta y modifica mi emoción y mi pensamiento.
El sencillo y vital acto de respirar, tiene un gran poder sobre nosotros, sobre cómo nos sentimos, pensamos y por tanto sobre cómo actuamos.
Respirar mantiene nuestro sistema vivo, nuestra mente despierta, nuestros órganos sanos, nuestro color de piel sana. Nos ayuda a estar y sentirnos bien con nosotros mismos y por tanto, con lo que nos rodea.
Creo que muchos de nosotros hemos podido observar este proceso en esos momentos de tensión o estres, cuando recibimos una noticia impactante, generalmente de aspecto negativo, o en un momento de ansiedad o susto y darnos cuenta de que hemos dejado de respirar, en realidad nos quedamos sostenidos por una respiración muy superficial, lo que hace que nos quedemos en el impacto del momento.
De ahí la sensación de ahogo que nos suelen producir estas situaciones. Al mismo tiempo, la emoción de la tensión se dispara, lo que hace que se retro alimenten pensamiento, respiración y emoción.
No sabría decir qué va primero, pues es una rueda de activación que no importa dónde esté el origen, las tres se activaran como consecuencia mutua.
En mi experiencia, a veces una situación o incluso una película despierta la emoción-pensamiento – respiración. En otras ocasiones, en una conversación una palabra o el tipo de conversación activa pensamiento – emoción – respiración. Cuando hacemos deporte, se modifica la respiración – emoción -pensamiento.
Los últimos estudios, apuntan a que todo empieza en la emoción y de ahí desencadena el resto, pero hasta hace poco tiempo se consideraba que todo empezaba en el pensamiento. Sea como sea, lo que es seguro es que están totalmente relacionados, se alimentan entre sí y modificando uno se modifican los demás.
Respirar nos conecta con nuestra esencia, nos aleja del ruido y nos ayuda a escuchar
EQUIPO GUD
Siempre empiezo mis sesiones de yoga invitando a prestar atención a la respiración y he de decir, que es algo realmente difícil. Estamos educados para que nuestra mente vaya libre e indomable, y nos lleve donde ella quiera ir, generalmente, por los mismos círculos de pensamiento reiterativos.
No estamos acostumbrados a dirigir nuestra a atención a algo que damos ya por hecho, que se mantiene solo y que no requiere nada de mí, que sucede casi al margen de uno mismo. Cuando vamos hacer yoga, meditación, mindfulness o cualquier otra actividad o técnica que requiere traer la atención sobre nosotros, nos resuelta realmente extraño tener que empezar por algo que funciona por si mismo, sin entender que la base de toda vida está en la respiración.
Curiosamente, este ciclo que funciona en las tres direcciones, me facilita qué, cambiando o prestando atención a la respiración, puedo modificar mi emoción y mi pensamiento.
Respirar, la herramienta más poderosa
Respirar, una herramienta más poderosa de lo que pensamos y que apenas utilizamos
En mi experiencia, he podido descubrir y observar que siempre va a mejorar nuestro estado de salud a todos los niveles.
Cuando pongo en practica la atención sobre mi respiración, el resultado es sorprendente, es eficaz, rápido, sencillo y suave. No hay grandes cosas que hacer, cierto es que hay diferentes formas o técnicas de respiración que afectaran a nuestra mente y emoción, dependiendo lo que necesitemos o busquemos en cada momento podemos utilizar una u otra.
La genialidad de las cosas sencillas
Partiendo de lo sencillo, que suele ser lo más eficaz, lo único que hay que hacer, es pararnos un momento y observarnos.
Observar como estamos respirando, igual que prestamos atención a una persona cuando nos habla, prestaremos atención a nuestra forma de respirar.
No hay nada que modificar, ni cambiar ni que pensar ni que sentir… es mucho más fácil, solo observar el ritmo de la respiración. En ese momento descubrirás como es, veras si es superficial, si es de corta duración, agitada, si empleas más tiempo en coger que en soltar o al contrario. Sólo con esto, tu mente y tu emoción se verán afectados positivamente.
Y si quieres ir un poco más allá, después de observarla, simplemente intenta alargar los tiempo de tomar y soltar aire. No tienes que ponerte morado en el proceso, solo alargar la toma de aire un instante más de lo que lo sueles hacer, y lo mismo con la exhalación.
En tan solo unos breves minutos podrás observar el cambio. Pero es importante no llevarla a un aspecto rígido o tendrás sensación de ahogo. Solo disfruta del proceso de respirar.
Es una técnica muy sencilla y podrás usarla siempre y donde quieras pues no hay nada más que hacer que lo que ya hacemos, que es respirar, solo cambia el modo de hacerlo.
Recuerda respirar. Después de todo, es el secreto de la vida
Gregory Maguire