Los valores internos

Los valores son los pilares fundamentales sobre los que nos apoyamos para construir nuestra vida y nuestra forma de relacionarnos con el mundo, nos permiten vivir en equilibrio con nosotros mismos y con el entorno
Los valores internos

Hay muchas clases de valores internos; los valores internos sociales, los familiares, los éticos, los políticos, los morales, los religiosos, los personales…

Todos ellos entrelazados, pero ni son lo mismo, ni parten del mismo origen, ni nos hacen sentir igual. 

¿Sabemos distinguir los valores internos? 

Muchas veces hay que ahondar en lo que consideramos valores para saber distinguir lo que se mueve dentro de nosotros a la hora de manifestar ese valor en lo externo.

Consideramos valores internos todas aquellas cualidades que nos hacen sentirnos buenas personas, pero, ¿externa o internamente?.

Podemos poner como ejemplo, el valor de la familia, el cuidado de ésta, el encuentro entre sus miembros, las celebraciones o reuniones, los momentos de compartir en familia. Habrá quien viva esto más como un compromiso adquirido, como algo que hay que hacer desde la mente, y habrá quien lo sienta como un valor fundamental que nace del corazón y que te reconforta y consolida.

Si se diera el primer supuesto, en ese caso no sería un valor como tal para ti, ya que es más un acto a desarrollar dentro de la familia, como puede ser cualquier otro, pero no nace de lo profundo de nosotros, no es algo que te defina desde tu interior. Tal vez da matices a tu personalidad pero no es algo que sea esencial e intrínseco a ti.

Los valores internos van más en consonancia con cómo somos cada uno, con nuestro núcleo, nuestra esencia. 

Para unos el valor de la sinceridad es un pilar sobre los que sustentará los demás, para otros la honestidad, para otros la independencia, el valor… y dependiendo del pilar base, así actuaremos y así demandaremos o nos relacionaremos con los demás. 

Un valor es algo que suma, es decir, que me hace sentir bien cuando lo manifiesto o lo expreso, que siento que me hace crecer como persona, me da integridad, me consolida y me conforma.

El sufrimiento, el amor, el sacrificio, el heroísmo, la generosidad, la crueldad, la avaricia, son valores universales, positivos o negativos, aunque se presenten en hombres y mujeres cuyas vidas no traspasan las lindes de lo local; son universales en el habitante de las grandes ciudades, en la jungla americana o en el de los iglús de los esquimales.

JUAN BOSCH

Cierto es que hay valores universales que nos incumben a todos, mejorando así nuestra convivencia, como es la generosidad, el perdón, la solidaridad, la bondad…

Entonces, los valores internos personales…¿Cuáles son?

Un valor personal es algo realmente importante para cada uno de nosotros, nos ayuda a encontrar nuestros limites de protección, a darnos estructura, a definir los principios de nuestra vida.

Eso no quiere decir que en algún momento no tengamos que cuestionarnos alguno, tal vez para evaluar si era un valor que da paso a otro con el tiempo según maduramos, si se modifican sus limites, se amplía el horizonte de éste, incluso el entendimiento sobre el mismo.

En ocasiones, localizar estos valores es un poco más complicado, ya que muchas veces los confundimos con los ambientales, los sociales, los religiosos…

También es posible que los confundamos con tradiciones y valores familiares, heredados de generación en generación, que hemos aceptado e incorporado sin plantearnos si forman parte auténtica de nuestros valores personales. Este punto es de suma importancia, porque lo que nos plantea es que debemos revisar TODOS nuestros valores internos, y poder sentir cuáles son nuestros y en qué forma, y cuáles son «externos» y no resuenan realmente en ti, para que puedas decidir en libertad qué hacer con unos y con otros.

Un valor personal no es negociable para ser aceptado, y sabrás distinguirlo cuando algo dentro de ti toca en la incomodidad de tener que traspasarlo o adulterarlo, te llevará a una sensación de inestabilidad y desconcierto, ese es tu aviso de que algo profundo dentro de ti se está moviendo y no estás del todo seguro de hacerlo. 

Es como si perdieras fortaleza en esos momentos, sabes que algo para ti, dentro de ti, no está bien, incluso aunque externamente no lo parezca. 

Puede que quieras aparentar en tu rostro que no pasa nada, o incluso que decidas no escucharte, pero cuando estés a solas sin la presión externa que supone ese momento, lo sabrás. Y es importante en esas ocasiones hacer una valoración real de lo que pasa, sin miedo, el hecho de que te cuestiones saltar por encima de un valor que para ti es importante, no quiere decir que ya lo estés haciendo, por lo que es mejor que lo mires de frente, te tomes tu tiempo y te lo cuestiones. 

Sopesa pros y contras, más que nada para ayudarte a entenderlo y saber el coste que tendrá traspasarlo. Solemos pensar que si el entorno lo aprueba, entonces no pasa nada pero, es importante que pienses en como te sientes y te sentirás tú. 

¿Descubres que necesitas justificarte?, ¿Te sientes amenazado si has de dar explicaciones sobre ello?… si es así estarás casi todo el tiempo con una sensación de alerta dentro de tu cuerpo, tu sistema se mantendrá agitado, nervioso… como cuando nos saltamos una norma social, pero eso, en este caso, no será algo pasajero o que quede como anecdótico, sino más bien como una inestabilidad dentro de ti, que muy posiblemente te lleve a empezar a desconfiar de ti mismo, a dudar… pues uno de tus pilares se tambalea, porque no estás estable en tus cimientos.

Aunque los valores internos no son negociables sí pueden ser flexibles, ya que muchas veces utilizamos un valor como algo rígido que incluso bloquea nuestra capacidad de aprender, de abrirnos a la vida y descubrir nuevas posibilidades.

Lo que es importante es que descubras tus valores, cuales son sus orígenes y cuestionarlos en los momentos que la vida te presente la situación, de esa forma podrás fortalecerlos, enriquecerlos o mantenerlos estables según vayas avanzando en la vida.

Los valores personales fundamentales son los pilares de nuestra vida, de nuestro mundo. Es igual que pasa con las casas, hay «columnas y paredes que pueden ser eliminadas o cambiadas de sitio o sustituidas, pero hay unos pilares maestros intocables que sostienen nuestra «casa» en pie, por eso es importante aprender a diferenciarlos y cuidarlos.

Y tú, ¿Cuáles dirías que son tus valores internos pilares?

Los valores humanos son como las huellas dactilares, son distintas en cada persona y se quedan grabadas en todo lo que hacemos

ELVIS PRESLEY

Good universe direction

Sara Rodríguez

Coordinadora de contenidos

Enamorada del ser humano y su potencial. Educadora Social, enfermera, instructora de yoga, bailarina…muchas experiencias vitales y personas a lo largo de cada una de esas etapas con un elemento común, aprender, acompañar, escuchar, compartir y vivir al son de la danza que nos propone la vida.

CLAVES

  • Hay  muchas clases de valores; los valores sociales, los familiares, los éticos, los políticos, los morales, los religiosos, los personales…
  • Hay valores universales que nos incumben a todos.
  • Los valores personales, internos, van más en consonancia con cómo somos cada uno, con nuestro núcleo, nuestra esencia.
  • Un valor personal no es negociable para ser aceptado, pero pueden ser flexibles

Descubrir cuáles son nuestros valores nos ayuda a mantener los pilares de nuestra vida y a sentirnos en nuestro centro